sábado, 11 de junio de 2016

SIEMPRE PRIMERIZOS

Por qué será, que al recordar primeros momentos se nos escapa un suspiro y una sonrisa.

Los primeros amigos que hicimos, que creíamos que nos acompañarían toda la vida, y algunos se quedaron en el camino.  

La primera vez que cruzamos la mirada con alguien y sentimos que jamás olvidaríamos el color de sus ojos.

La primera vez que pensamos que habíamos encontrado nuestra media naranja. Esa sensación, tan preciosa, tan maravillosa, que se extinguió mes a mes hasta que descubrimos que, realmente, nuestra media naranja éramos nosotros mismos.

El primer beso, tan tierno, y con esa la sonrisa de vuelta.

Las primeras y largas charlas por teléfono con esa persona especial, esa que tal vez ni siquiera te dieras cuenta de lo especial que era, y las sonrisas espontáneas, y los abrazos. Tal vez los besos que no os llegasteis a dar, pero que te acompañan día tras día, como una espinita clavada en el estómago, donde por primera vez sentiste mariposas. Y vas buscando a una persona que te vuelva a causar esa sensación, a la desesperada.

El primer corazón roto, cuando descubriste que el mundo parecía acabarse, porque era tu media naranja. Ya sabes, tú persona. ¡El amor de tu vida!

El primer olvido. Y todo el sufrimiento que llevó atado.

La primera recuperación de mal de amores. Pero no la última.

Cuando te diste cuenta de que habías encontrado a tu mejor amiga, o a tu mejor amigo, y llegaste a comprender que se puede querer a una persona casi, o tanto, como a quienes llevan tu propia sangre.
La primera vez que te sentiste que podías con todo, que lo entendías todo. Y resultó que no.

Y vuelta a empezar.

Aunque nos creamos que ya lo conocemos todo, no es más que un espejismo. Pensamos que ya nada es nuevo, pero es mentira. Todas y cada una de las vivencias que vamos a tener van a ser diferentes, y primeras. No cometas el error de comparar con previas circunstancias.

Limítate a vivirlas como si fueran primeras veces, porque si no lo haces, no podrás hacer más que mirar hacia el pasado y lamentarte, sin entender que el futuro es una caja de sorpresas, y tan o incluso más emocionante.

Haz que cada primera vez cuente.

Si no, te arrepentirás toda la vida.

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