Tú, que tantas veces te has
quejado de lo solo que te has sentido.
Tú, que sueñas antes de dormir,
y luego duermes con pensamientos funestos o vacíos.
Tú, que pareces ni existir para
la persona que te gusta, en tu opinión.
Tú, cuya familia está pasando
una mala racha, y tú con ella.
Tú, que no sabes qué camino
escoger, o que has cogido uno con tal de complacer.
Tú, que piensas que estás
vacío.
Tú, que piensas que no eres
bueno. Te sorprenderá saber, que seguramente seas el único amigo verdadero que
tus amigos tienen.
Tú, que con tal de no alarmar
lloras en silencio. Esbozas una sonrisa. Y te callas.
Tú, que sufres al ver gente
hacer o pasarlo mal.
Sí, tú, que tanto hablas esos
días en los que la timidez causa ese efecto, o en su defecto, mantienes la boca
cerrada y te miran raro, preguntándose por qué no dices lo que piensas. Qué
falso. En qué debe estar pensando. Se hace el importante. Y la verdad, es que
para lo que se está hablando, mejor callarse.
Has de saber que tú, y sólo tú,
tienes el poder de hacer frente a todos estos desafíos.
Has de saber que, quienes te
llegan a conocer, no hacen más que desear estar contigo.
Has de comprender que quien
bien te quiere sólo tratará de ayudarte, aunque las puñaladas que has estado
sufriendo a lo largo de la vida te hayan convertido en alguien susceptible y
desconfiado. Y sí, posiblemente algún día esas personas resulten cargantes, o al
contrario, pienses que no te dan el apoyo necesario, cuando en realidad creen
que si insisten más, sólo estorbarán.
Tú, que tan, tan solo te
sientes, deberías empezar a entender que nunca tendrías que sentírtelo mientras
haya una única persona pensándote y preocupándose por ti.
Tú, que aunque lo pases mal,
tienes tiempo para ayudar a quienes quieres. Y sin pedir nada a cambio.
Tú, que te muestras noble, y
sensible, y bondadoso, que tienes el coraje que muchos no han tenido y por lo
cual han ido perdiendo esas virtudes, asume que, en el fondo, tienes madera de
héroe. ¿Y qué hacen los héroes? Salir adelante. Y poder con todo lo que se
encuentren a su paso.
Tal vez no haya mucha gente
como tú, y que quizá por eso te sientas a veces tan solo, perdido, pequeño,
vacío, sufrido… y hasta malo (y es que, a veces la mayoría no siempre tiene
razón, y menos cuando conjura filosofías rocambolescas sobre el bien o el mal;
filosofías que, si tanto han de pensarse, tal vez es que sólo pretendan excusar
un quehacer de dudosa moral, un poco más simple y más nacida del corazón).
Pero cuando una estrella tan
brillante nace, su destino es iluminar todo cuanto toque, y no apagarse
(¡imagina lo que perderíamos!).
Tú déjate conocer, no tengas
miedo. Porque no eres ni malo, ni insignificante, ni estás vacío. Sólo estás
desorientado porque no encuentras a nadie que siga el mismo camino.
Valiente aquel que no se amilana
y llama al mundo “cobarde”. Valiente quien, aunque lo tenga todo en contra, se
levanta más fuerte que nunca. Valientes las personas como tú, que a pesar de
las adversidades, y de tener a la sociedad en contra, siguen teniendo espíritu puro.
Valiente el que se sienta
orgulloso de ser un fuera de serie.
Lo estás haciendo bien.
Sigue yendo contra el mundo.
Lo estás haciendo bien.
Sigue yendo contra el mundo.
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